Infecciones recidivantes

La infección es el proceso por el cual un germen o agente infeccioso invade el cuerpo y permanece en él, multiplicándose y provocándole alguna patología. Los dos factores más importantes que hacen posible una infección son:
- La habilidad natural del agente infectante para pasar las barreras naturales y los tejidos, lo que se conoce como virulencia.
- El grado de labilidad o eficiencia del sistema general de defensa del individuo durante las diversas fases del ataque del germen (susceptibilidad).
Las personas con defectos permanentes de la inmunidad contraen los mismos tipos de infecciones que la gente normal, por ejemplo: infecciones del oído, sinusitis o neumonía, solo que ocurren con mayor frecuencia. Estas infecciones recurrentes suelen ser, a menudo, más fuertes y con mayor riesgo de complicaciones, ya que no responden tan fácilmente a los medicamentos habituales. En estas ocasiones, hablamos de las infecciones recidivantes.
Los tratamientos bacterianos están indicados para el tratamiento preventivo de infecciones respiratorias, ya que actúan como inmunomoduladores, creando un estado defensivo frente a los microorganismos responsables de las infecciones respiratorias.

¿Qué es la autovacuna bacteriana?

Una autovacuna bacteriana es una suspensión microbiana inactivada procedente de la muestra del propio paciente la cual se cultiva aislando e identificando los microorganismos patógenos para proceder a su posterior inactivación. Esta suspensión está diluida en solución salina fisiológica fenolada y glicerinada a una concentración de 109 bacterias/ml para administración sublingual.


APiMUNE

Indicación

APiMUNE es un tratamiento individualizado que se utiliza para el tratamiento específico e individual de pacientes que hayan sido previamente diagnosticados por su médico de infecciones recurrentes y que presenten predisposición a estas infecciones.

Beneficios

El objetivo del tratamiento con APiMUNE Autovacuna es producir una respuesta inmunológica (producción de anticuerpos) defensiva contra las bacterias empleadas en la elaboración de la autovacuna y que han sido identificadas mediante el cultivo de las secreciones o exudados procedentes del área infectada del propio paciente. • Reducción de los episodios recidivantes. • Reducción del uso de antibióticos.